Las fantasías sexuales son muy comunes en hombres y mujeres, tanto así que son el pan de cada día para gran parte de la población de nuestro planeta, aunque a la mayoría confesarlas le resulte un tanto bochornoso. Pero de hecho tenerlas es algo perfectamente normal, e incluso es considerado como una práctica sana y totalmente aconsejable.

Para empezar tenemos que señalar que el ser humano en general es un ser de fantasías. Las vive y crea en muchos estilos y contextos, no solamente en el sexual. Incluso podría decirse que se motiva tratando de volverlas realidad. En el terreno científico, por ejemplo, son las fantasías las que han motivado a los grandes genios para lograr avances que literalmente han cambiado al mundo.

En el ámbito sexual, por su parte, las fantasías no siempre están bajo nuestro control, ya que hay muchas ocasiones en que simplemente aparecen y poco o nada podemos hacer al respecto.

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En ocasiones podemos tener fantasías sexuales con personas con las que no tenemos ninguna relación. Comúnmente, aunque no siempre, nos dibujamos en la intimidad frente a rostros completamente distintos al de nuestra propia pareja. Y es que en la fantasía las posibilidades son infinitas. También se nos puede aparecer, en este proceso, el deseo por probar cosas nuevas, como los juguetes eróticos y otras prácticas que muchas veces no hemos tenido aún la oportunidad de conocer.

Aunque algunas fantasías sexuales pueden provocarnos sentimientos negativos como la vergüenza o la culpa, la realidad es que estas son poco dañinas para una relación, la cual se suele sustentar en muchos otros factores ligados a la unión, la experiencia y la solidaridad, esto siempre y cuando no se violen acuerdos establecidos en común. Por esta razón es importante que, cuando se está en una relación, las fantasías sexuales sean compartidas y cumplidas en mutuo acuerdo con la propia pareja.

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Como ya hemos dicho, las fantasías sexuales son una práctica no solo totalmente normal y muy sana sino casi inevitable, aún en una relación. Permiten evitar situaciones lamentables que podrían fragmentarla, ya que con frecuencia toman el lugar de lo que podría convertirse en una falta de lealtad hacia la pareja. Al fantasear con una situación y conseguir placer alrededor de esa fantasía, lo más probable es que las personas no busquen llevarla al plano de la realidad y con ello volverse infieles o meterse en algún tipo de problema, esto en caso de que alguno de los dos protagonistas imaginarios esté en una relación.

Uno de los principales obstáculos de una vida sexual satisfactoria es la rutina. Cuando nuestra actividad en la cama se vuelve monótona y repetitiva, el apetito sexual disminuye y por supuesto también el nivel de satisfacción. Por esa razón las fantasías sexuales juegan un papel importante, ya que por medio de la imaginación la mente humana logra colocarse justo en el punto adecuado para que cada relación sexual se vuelva una experiencia lúdica y única de conquista, emoción y placer.

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Compartir fantasías con la pareja (si es que se decide hacerlo así) puede ser un portal que se abra en tu vida, llevándote a un nuevo mundo de excitación, intimidad y creatividad en la vida de pareja. Debes de tener presente que la satisfacción sexual es considerada uno de los principales motores para forjar una relación exitosa, y cuando la rutina se ha apoderado de este rubro de la vida es importante hablarlo, buscar una solución pero sobre todo dar rienda suelta a la imaginación. Porque fantasear es un acto que no hace daño a nadie y, por el contario, puede convertirse en la solución para muchos problemas de la vida íntima.

 

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