Mucha gente sabe que Don Miguel de Cervantes Saavedra, autor del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, una de las obras literarias más importantantes en lengua española, es conocido como El manco de Lepanto.
El apodo se debe a que el gran escritor participó como soldado en la Batalla de Lepanto, que tuvo lugar el 7 de octubre de 1751 en la localidad de Návpaktos, Grecia (Lepanto en idioma italiano), y en la que el Reino de España, junto a una coalición judeocristiana llamada la Liga Santa (Estados Pontificios, Venecia, Génova, Saboya y la Orden de Malta) se enfrentaron al Imperio Otomano, dirigidos por don Juan de Austria, hijo de Carlos I de España.
En dicha reyerta Cervantes sufrió graves laceraciones en un nervio de una mano, la izquierda, y en la cual perdió la movilidad debido al incidente. Esto, a la larga, le reportaría el apodo que hoy es muy famoso.
EL MANCO DE LEPANTO, NO ERA MANCO
Contrario a lo que se piensa, Cervantes no era manco, ya que no sufrió jamás la amputación de la mano y no sólo eso; de hecho el futuro genio de las letras continuó con su carrera militar luego de unos meses de someterse a la atención médica.
Muchos de los personajes que aparecen en la vasta obra cervantina fueron inspirados en personas de la vida real, que el Manco de Lepanto conoció durante las campañas militares en las que participó.