Mucha gente todavía se pregunta por qué Cuauhtémoc es considerado un personaje histórico, rol que se ganó a pulso por su papel en la caída de México-Tenochtitlan y, desde luego, por haber sido el último de los tlatoanis mexicas. Cuauhtémoc, cuyo nombre quiere decir “el águila que se posó” en náhuatl, fue el último emperador o tlatoani del imperio que controlaba la hoy capital de México.
Asumió el poder del imperio luego de la muerte de su antecesor, el joven Cuitláhuac (que falleció de viruela, y cuyo gobierno duró únicamente 80 días), esto en el año de 1520. Oficialmente, Cuauhtémoc asumió el trono en febrero de 1521, mismo año en que sería derrotado y capturado en Tlatelolco, para años después ser asesinado por los conquistadores españoles al mando de Hernán Cortés.
En la historia del México prehispánico, los tlatoanis eran personalidades de alta jerarquía, de hecho se encontraban en la cima del escalafón social de la nación mexica, misma que a su vez controlaba a todos los pueblos circunvecinos. Por ello, el tlatoani era la persona más importante del mundo conocido por ellos. Además Cuauhtémoc, por haber sido el último tlatoani, tiene un lugar muy importante en los libros de historia.
Cuauhtémoc es considerado un personaje histórico: las Cartas de Relación de Hernán Cortés
En sus Cartas de Relación, el conquistador Cortés narró que Cuauhtémoc, por cuenta propia, le solicitó que le asesinase, luego de haber sido derrotadas sus fuerzas y de haber fracasado en su intento de huir. Este hecho también lo menciona su subalterno Bernal Díaz del Castillo en su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España.
No obstante la petición del tlatoani, Cortés no lo asesinó de inmediato, sino que lo utilizó para asegurarse la obediencia de los mexicas. No obstante, Cuauhtémoc fue torturado buscando obtener información de él, sobre el presunto paradero de un inmenso cargamento de oro.
El vox pópuli mexicano ubica claramente la idea de que a Cuauhtémoc “le quemaron los pies”, y en efecto fue así: fue torturado prendiéndole fuego en manos y pies luego de untárselos con aceite. Después de esto, y a pesar de haber quedado seriamente lesionado y en cautiverio, la figura de Cuauhtémoc continuó siendo venerada como tlatoani mexica, pero bajo las órdenes de los españoles, que lo utilizaron para gobernar por medio suyo.
Muerte de Cuauhtémoc
En su quinta carta de Relación, Cortés describió al rey Carlos V una supuesta conspiración, que habría estado siendo preparada por Cuauhtémoc para liberar a su pueblo del yugo español. En presencia de Cortés y Díaz del Castillo, el tlatoani fue ahorcado junto a su primo, el señor de Tacuba, sin que exista registro de la fecha exacta del suceso. Solamente se sabe que, al momento del deceso, habían transcurrido cuatro años desde la conquista y posiblemente los mismos desde que había sido torturado.