Pocos sabemos por qué el papel higiénico no se recicla. El reciclaje ha cambiado nuestra forma de consumir y ha reducido el ritmo con el cuál desgastamos los recursos naturales disponibles en el planeta. Sin embargo, no todo el papel existente sobre el planeta es propenso al reciclaje.
Por qué el papel higiénico no se recicla
Cada persona utiliza de 10 a 20 kilos de papel higiénico al año, la inmensa mayoría del cuál no va a ser reciclado. Muchos pensarían que el motivo principal es que normalmente, tras ser utilizado, está contaminado por distintos desechos, pero no es precisamente esa la cuestión (que sí influye, ya que no se recomienda reciclar papel que contenga, por ejemplo, compuestos orgánicos), tanto como que este papel ya ha sido reciclado.
El papel puede someterse a un número limitado de procesos de reciclaje. Si por ejemplo, tenemos una recién fabricada hoja de papel bond, y ésta se recicla, se volverá, por citar un ejemplo, una hoja de papel de menor calidad. En un tercer proceso será útil para crear, por ejemplo, papel para envolver o para trabajos de papelería. En un cuarto proceso, ya solo servirá para hacer papel de reciclado cuaternario, como el papel de estraza, que está fabricado con una pasta compuesta de desperdicios de papel y cartón y sin blanquear. En el caso del papel higiénico, que sí está blanqueado, se utiliza papel reciclado de naturaleza menos resistente que el papel convencional y que por lo regular ya no es apropiado volver a utilizar por la consistencia de sus fibras, que ya han atravesado el proceso varias veces. De hecho, el papel higiénico es una de las variedades de papel de más fácil degradación. Es también uno de los menos recomendables para someter al proceso de reciclaje, al igual que los papeles satinados o engrasados, ya que la presencia de determinados elementos dificulta el proceso de reciclaje.