Pocos sabemos por qué la aspirina se llama así, a pesar de que es probablemente el medicamento más conocido y también el más común alrededor del mundo. En algunas partes del mundo la palabra Aspirina continúa siendo una marca registrada de la poderosa marca alemana Bayer, aunque en otros como Estados Unidos ha pasado a ser el nombre genérico para denominar la sustancia activa que la compone, el famoso ácido acetilsalicílico.
Pues bien, el nombre aspirina es un derivado de los propios componentes de la fórmula.
Circula una versión que señala que se compuso por la letra a (del grupo acetil), spir (por la planta espirae ulmaria (la Reina de los Prados), que se solía utilizar para combatir malestares físicos) y el sufijo in, que habitualmente se utilizaba en los nombres de los medicamentos. De esta manera surgió la palabra “aspirin”, que para los hispanos del mundo entero ha sido modificada hacia “aspirina”.
En realidad el ácido salicílico (spirsäure) fue la sustancia que tomó el nombre del vegetal, y a su vez el nombre de la aspirina tomó el del ácido.
La aspirina se llama así con o sin Bayer
En realidad la aspirina se llama así desde el año 1899, cuando Bayer registró el nombre, aunque no siempre y no en todos los lugares ha conservado su titularidad ni el control comercial sobre ella. Como resultado de la I Guerra Mundial, en la que la industria alemana terminó severamente afectada debido a la derrota militar y a las adversas condiciones políticas que se sucedieron, la empresa farmacéutica perdió los derechos de la marca en varios países. Entre ellos, como resulta natural, se encontraban los Estados Unidos, nación que dos años después determinó volver la marca Aspirina de dominio público. No obstante, en muchas otras regiones del globo Aspirina continúa siendo una marca registrada de uso exclusivo de la multinacional alemana.