Meteorito y asteroide no son dos maneras de llamar a un mismo cuerpo celeste. Un meteorito es un cuerpo menor del Sistema Solar (meteoroide) que recibe este nombre una vez que alcanza la superficie de un planeta sin desintegrarse por completo, mientras que un asteroide es un cuerpo mayor que los meteoroides, y menor que los planetas, que órbita alrededor del Sol.
Los asteroides están compuestos de roca, carbón o metal y su órbita alrededor del Sol no es más lejana que la del planeta Neptuno. La mayoría de ellos se encuentran en el cinturón de asteroides que orbitan entre los planetas Marte y Júpiter.
El primer asteroide fue descubierto el 1 de enero de 1801 Giuseppe Piazzi, quien creyó haber descubierto el planeta entre Júpiter y Marte que muchos astrónomos creían debía existir y buscaban con esmero. Le nombró Cerere Ferdinandea en honor a la diosa patrona de Sicilia y al rey Fernando; posteriormente la comunidad astronómica aceptó el nombre de Ceres para este astro.
Poco más de un año después, el 28 de marzo de 1802, Heinrich Olbers descubrió dos asteroides más Palas y Vesta. En 2014 ya se habían descubierto alrededor de cuatrocientos mil y actualmente se estima que existen más de un millón de asteroides mayores a un kilómetro de diámetro.
Por su lado el nombre “meteorito” proviene del griego meteoron que significa “fenómeno en el cielo”, y la estela luminosa de deja tras de sí al desintegrarse en la atmósfera terrestre es conocida como “meteoro”. “Meteoroide” es término con que se llama a estos cuerpos sin tener en cuenta la relación del fenómeno que producen al entrar en la atmósfera de la Tierra.
Las “lluvias de meteoros” se producen por la fragmentación que experimenta un meteorito, la cual puede ser de un número menor a diez fragmentos hasta miles de guijarros.
