Podar un árbol no siempre es una actividad sencilla de realizar, pero sin duda muchas veces resulta totalmente necesario y no solamente por cuestión visual u ornamental. Hay más razones para llevar a cabo este trabajo, aunque no debemos demeritar la antes mencionada.
En primera instancia, como ya establecimos, se encuentra el aspecto estético. Siempre dará una mejor imagen un árbol correctamente podado, el cual puede representar una parte importante de la decoración de nuestro domicilio u oficina, si la labor se realiza de manera adecuada, considerando el tipo de árbol y lo que queremos lograr con él. No es lo mismo la poda de un limonero que la de un roble, por lo que es importante estar informados sobre cada tipo de árbol y la manera más adecuada de realizar su poda.
También hay que considerar que podar un árbol de manera periódica facilita su crecimiento y contribuye a fortalecer su estructura, por lo que hay que seguir determinadas directrices. De esta forma, por citar un ejemplo, es aconsejable una labor de poda más amplia si el árbol presenta un bajo nivel de desarrollo. Por el contrario, si el árbol crece de forma vertiginosa, la poda debe ser más moderada.
¿Cuándo se debe podar un árbol?
Lo más recomendable para podar un árbol es hacerlo durante el otoño o el invierno, períodos en los que se encuentran en período vegetativo, o en su caso cuando las hojas caducas hayan terminado de caer del árbol por sí mismas. Sin embargo, esta regla no aplica para todos los especímenes.
También hay que considerar que en la poda se debe de optar por cortar solo ciertas ramas, sobre todo las que aún son delgadas, no solo porque hacerlo representa menos trabajo que cortar las gruesas, sino porque las pequeñas aún no comprometen la estructura ni la salud del árbol.
Poco se habla del hecho de que una de las razones fundamentales de realizar la poda de un árbol es inducirlo a permanecer sano y fuerte durante muchos años y en su caso siendo productivos. Por eso es también importante estar conscientes de que la forma que se le va a dar al árbol en la poda no solamente debe obedecer a la estética, sino también a factores como la absorción de luz, el tamaño y características del lugar que aloja al árbol y varios más.
Las podas negativas
Como ocurre con casi todo en esta vida, si podamos un árbol sin parámetros ni un plan específico, el resultado no solo no será el que originalmente buscábamos, sino que podríamos acarrear un mal mayor al árbol, hiriendo su corteza o incluso partes profundas de él. Esto podría generar efectos adversos en el desarrollo posterior del árbol o incluso su muerte, y puede ser evitado con tan solo consultar previamente las fuentes de información adecuadas con el fin de contar con los procedimientos y herramientas adecuadas antes de comenzar.
En internet existe mucha información sobre poda de árboles que resultará de gran utilidad para aquellas personas que desean incursionar en el tema y aprender sobre cómo realizar este trabajo de manera correcta y sin afectar el futuro crecimiento y desarrollo de estos seres vivientes.