Petra Herrera fue una legendaria combatiente o soldadera en la Revolución Mexicana, que perteneció a las filas del llamado “Centauro del Norte”, el general Francisco Villa.
Su leyenda trascendió en el tiempo debido a una particularidad: se dice que para ser aceptada en el ejército de Villa, se vio obligada a esconder su femineidad, disfrazándose de hombre y haciéndose llamar Pedro Herrera, aunque con el paso del tiempo logró ser aceptada plenamente entre los revolucionarios como una combatiente femenina. Sin embargo, antes de obtener esa aceptación se vio obligada a ocultar celosamente su género, al grado de tener que fingir, todas las mañanas, que se afeitaba una naciente (y obviamente inexistente) barba.
Se especializó en provocar explosiones en los puentes, y al igual que la legendaria Adelita, terminó conformando un grupo compuesto por mujeres.
Se dice que Herrera fue pieza clave para la victoria villista en la batalla de Torreón de 1914, pero que por su condición de mujer el jefe revolucionario decidió no darle el crédito que merecía.
Con el paso del tiempo, y aparentemente debido a que no se le reconocía por su labor, Petra abandonó las fuerzas de Francisco Villa y creó su propio grupo, que más tarde adhirió a la causa de Venustiano Carranza. Con el tiempo, la mujer llegó al grado de coronel.
Se sabe que, tras su servicio como militar, Petra Herrera fue convertida en espía, y enviada al estado de Chihuahua, donde habría muerto asesinada.