El terremoto que inició en la falla de San Andrés y que sacudió a la ciudad de San Francisco, California, el 18 de abril de 1906, continúa siendo recordado debido a la enorme magnitud de los daños que provocó. Tuvo una intensidad de entre 7.9 y 8.6 grados, y prácticamente hizo pedazos la ciudad. Los daños se debieron no sólo al movimiento telúrico, sino también a un impresionante incendio que tuvo lugar como consecuencia y que superó en pérdidas humanas al propio sismo. Luego de la catástrofe, 500 manzanas de la ciudad estaban completamente destruidas. El movimiento también afectó otras localidades, tales como San José, Santa Rosa, Los Ángeles, San Juan Bautista e incluso lugares más lejanos, como Nevada.
Aunque en su momento las cifras oficiales fueron mucho menores (478 personas muertas), un estudio de 2005 reveló que murieron al menos 3, 000 personas. Esto sin contar el terrible daño económico, con casi 300, 000 habitantes que perdieron su patrimonio, de los 400, 000 que entonces tenía la ciudad.
Las personas que perdieron casi todas sus pertenencias se establecieron en albergues provisionales, que incluían casas de campaña instaladas en la calle y en plazas públicas como el famoso parque Golden Gate. La reconstrucción de la ciudad comenzó casi inmediatamente.
Frecuentemente se cree que este terrible desastre natural fue el detonante para la creación del United States Geological Survey, instancia gubernamental especializada en predecir y crear estrategias de respuesta ante los terremotos, sin embargo dicha institución ya existía desde marzo de 1879. Cuando ocurrió el terremoto de San Francisco, la dirigía el destacado naturalista y paleontólogo Charles Doolitle Walcott.
A pesar de que existe más de un siglo de distancia, el terremoto de San Francisco continúa siendo recordado como uno de los peores cataclismos naturales en la historia no sólo de California, sino de los Estados Unidos en su conjunto.
Video, aparentemente amateur, recorrido en auto por la zona de desastre