El Comité Olímpico Internacional aplica sus reglas de manera rigurosa al momento de decidir la inclusión de una nueva disciplina a sus justas. Básicamente los requisitos son:
• Que sea un deporte practicado y federado al menos en 75 países, dentro de cuatro continentes, en disciplinas varoniles, y al menos en 40 naciones y 3 continentes, en femeniles.
• En deportes de invierno, 25 países en 3 continentes, sin distinción de sexo.
• Que aplique los estándares antidopaje vigentes.
El caso del karate es muy singular, ya que aunque parece lógico que cumple con todos o casi todos los requisitos, aún así no está presente en la justa olímpica.
- Frecuentemente no es considerado un deporte, sino un arte marcial, debido a que privilegia la depuración y la estética a la competición. Inclusive dentro del karate existe una tendencia que se opone a la olimpización, debido a que ésta provocaría que los practicantes dejaran del lado el aspecto de marcialidad del karate para enfocarse en la competición, lo cual podría derivar en una gradual pérdida de la esencia tradicional del karate.
- El karate no está estandarizado. Hay muchos estilos y ópticas alrededor de él: Shito Ryu, Shotokan, Gojo-Ryu, Wado-Ryu y Kyokushin, todas con notables diferencias, y a su vez derivan otras interpretaciones.
En esencia, el karate no está concebido para practicarse como deporte de competición y menos como un espectáculo, porque a fin de cuentas los Juegos Olímpicos son eso: un espectáculo masivo.
Aunque muchas personas se manifiestas por su inclusión en los Juegos, los votos del Comité Olímpico Internacional hasta ahora han sido poco favorables hacia esta posibilidad.