En la actualidad el color púrpura no tiene una significación mayor a la de cualquier otro color, sin embargo en la antigüedad el era tanto o más preciado que el oro.
La anterior importancia y valor del color púrpura nació de la dificultad con que era obtenido el tinte homónimo, a partir del fluido de una glándula cercana a la cabeza de algunos moluscos (murícidos y buccino).
Dicha sustancia es en un inicio blanca, pero se va oxidando al contacto con el aire, pasando a amarillo y azul hasta llegar a púrpura. De cada molusco se obtenía sólo una gota, por lo que se calcula que era necesario matar a 250,000 para obtener 30 gramos de tinte (lo suficiente para teñir de púrpura alrededor de 20 pañuelos), lo que le daba un valor muy alto.
Sin embargo, el púrpura no sólo era costoso, sino que la utilización de prendas de este color estaba limitado por las leyes. Por ejemplo, durante el reinado de Isabel I de Inglaterra únicamente la realeza podía vestir de púrpura, y en la Roma Imperial, sólo el emperador podía usar púrpura, por eso tras el asesinato del emperador romano Julio César, los senadores anuncian su muerte mostrando al pueblo su túnica púrpura ensangrentada.