En comparación con el resto del mundo, las ventas de Xbox 360 siempre fueron menores en Japón, llegando al grado de que muchos establecimientos especializados ni siquiera contaban con consolas y juegos para este sistema, el favorito de millones de usuarios en otras partes del planeta.
Aparentemente este fenómeno se debe simple y llanamente al nacionalismo. Los consumidores nipones prefieren consumir plataformas de marcas japonesas, como Sony y Nintendo.
El famoso creador de la saga Megaman, Keiji Inafune, apoya esta teoría, según una entrevista realizada por un sitio web. En ella, Inafune empatizó con aquellos que prefieren apoyar a una marca “doméstica” que a una extranjera, pero también dejó claro que disfruta jugar con la Xbox y que para él es un buen sistema.
El mismo fenómeno se ha vivido en Japón con el Xbox original (primera generación) y con el Xbox One (segunda generación), al grado que el responsable de la división japonesa de Xbox, Takashi Sensui, renunció en 2014 debido a las bajas ventas de la consola en el país oriental. Definitivamente, Japón no es el mejor país para Xbox, en contraste con otros mercados, en los que se ha posicionado en más de una ocasión como la consola líder en ventas.
