Pocos sabemos a ciencia cierta por qué es malo el gluten, o qué tipo de daño puede hacer a nuestro organismo. Sin embargo, sí reconocemos como más saludables a los alimentos con la etiqueta “libre de gluten”. En realidad y siendo más certeros en la apreciación, la pregunta que deberíamos hacernos es por qué es más sano el excluirlo de la dieta.
El gluten es una proteína que se encuentra especialmente en la harina elaborada a partir de los cereales de secano (regados por la lluvia), sobre todo en el trigo. Es de bajo valor nutricional y aunque se puede prescindir de ella sin afectar la salud, médicamente se recomienda esto solo en casos de enfermedad celíaca (EC), una condición sistémica que provoca una intolerancia permanente al gluten y que puede atrofiar los intestinos entre otras consecuencias. Para la mayoría de la gente, no obstante, la ingestión de gluten resulta prácticamente inocua.
La dieta sin gluten o dieta TACC (sin trigo, avena, centeno y cebada), más que por la composición de la propia sustancia, es más sana debido a que obliga a las personas a llevar una dieta más balanceada. Entonces, más que el hecho de que el gluten (que se ha consumido por las personas desde la implementación de la agricultura como actividad formal) sea malo en sí mismo, son los hábitos alimenticios los que hacen preferible una dieta sin él.