Aunque su sorprendente versión original en arcadia utilizaba procesador de 64 bits, el hit de 1994, Killer Instinct, fue lanzado en 1995 para la consola casera de 16 bits, Super Nintendo Entertainment System (SNES). Si el hecho de que Nintendo desarrollara a esas alturas de su historia un juego para tragamonedas, fue en sí mismo una gran sorpresa, su posterior conversión a 16-bit fue otra, que nadie se esperaba.
Los videojugadores de la época celebraron en grande la decisión de Nintendo y Rare de realizar una arriesgada conversión al sistema casero, en vez de esperar la entonces próxima llegada del Nintendo 64 para aprovechar la capacidad de éste en el desarrollo de una versión más cercana (incluso idéntica) a la de las salas recreativas.
La razón de haber creado el juego para la SNES fue netamente de mercado. Para 1994 la consola había vendido más de 30 millones de unidades en el mundo, por lo cual el éxito en ventas de una conversión del juego estaba asegurado.
Aunque Killer Instinct en Super Nintendo no tuvo, como era de esperarse, la misma calidad gráfica que en su versión de arcade (visible, por ejemplo, en el uso de zooms, inexistente en la versión de 16-bit), sí contó con una buena jugabilidad y una excelente banda sonora, misma que fue distribuida junto al cartucho del juego, en un CD. Muchos jugadores recuerdan y atesoran el cartucho negro de este título.