La sustancia activa de la multiconocida y casi milagrosa aspirina, como sabemos es un ácido, el acetil salicílico, el cual ayuda a la planta a protegerse contra el desarrollo de microorganismos, otorgándole a la flor un poco de inmunidad al ataque de patógenos y, al mismo tiempo, posee algunos carbohidratos que la planta necesita.
No obstante, el ácido puede resultar potencialmente tóxico para la planta, así que las dosis deben ser pequeñas; lo recomendable es un comprimido disuelto en 5 litros de agua, rociado.
Asimismo, podrían funcionar algunas otras sustancias ácidas, como un poco de refresco de cola o limón.