En 2015, la República Árabe Siria se consolidó como el país con mayor emigración de personas, la mayoría de ellas hacia Europa.
Esto se debe a que en 2011 estalló una cruenta Guerra Civil en el país, en un movimiento que se enmarca dentro de la serie de levantamientos conocidos como la Primavera Árabe, que iniciaron con la Revolución de los Jazmines en Túnez en 2010.
Siria fue gobernada desde 1963 por el Partido Baath Árabe Socialista, que llegó al poder por un golpe de Estado. En 1966, otro golpe derrocó a los líderes de dicho partido y puso en su lugar al entonces ministro de la Defensa, Hafez al-Asad, quien gobernó hasta el año 2000. Tras su muerte, su hijo Bashar al-Asad tomó el poder.
La familia Asad pertenece a los alawí, una etnia minoritaria en Siria, pero con gran poder durante su régimen. El descontento por esta y muchas otras circunstancias sociales y económicas vividas en el país (que incluían por supuesto los elevados índices de pobreza), provocó un levantamiento civil que fue volviéndose más crudo entre más dura se volvía la represión gubernamental, acentuada tras la incursión en el conflicto de diversos grupos fundamentalistas islámicos.
Desde el inicio del conflicto, más de 2, 000, 000 de personas han dejado Siria en busca de una mejor vida en otras naciones, y se contabilizan más de 200, 000 personas fallecidas. Además, destaca que la economía del país se encuentra completamente destruida debido a estos hechos, que han arrasado las ciudades e infraestructura del país.