La mundialmente famosa Torre de Pisa, cuya construcción inició en 1173 y duró nada menos que 177 años (habiendo cesado por un siglo debido a la inestabilidad política y social de la región), con la finalidad de ser el campanario de la Catedral de Pisa ubicada en la ciudad del mismo nombre, localizada en la región de la Toscana, Italia. Apenas habiéndose construido la tercera planta del edificio, éste ya estaba visiblemente inclinado. Hoy en día este campanario aún en funciones es considerado una de las principales joyas del arte románico.
La inclinación de la Torre de Pisa se debe a que cuenta con unos cimientos débiles y el subsuelo en que está construida es inestable. Sin embargo, lo que le permitió mantenerse en pie fue que durante los cien años en que la obra se detuvo, ésta se asentó en el terreno, estabilizándose en él. Así, cuando la obra continuó, la Torre no colapsó ni con el paso de los siglos
No obstante, para el siglo XX la caída de la torre parecía inminente. En 1964, el gobierno italiano convocó a un grupo de especialistas para que trabajaran en evitar que esto sucediera, quienes tras deliberar durante dos décadas, pusieron manos a la obra y cerraron la torre a los visitantes en 1990 para comenzar los trabajos, que consistieron en eliminar una gran cantidad de tierra de la base, con lo que se asegura que la Torre se mantendrá estable al menos por 200 años más.