Quizá hemos escuchado el nombre de Pigmalión cuando hablamos de escultura o de traiciones, pero no entendemos por qué. Pigmalión es un personaje legendario de Chipre, aunque es más famoso debido a su aparición en la mitología, mencionada en Las metamorfosis del poeta romano Ovidio. Se trata de un monarca y escultor que, obsesionado con la idea de casarse con la mujer perfecta, decide esculpir estatuas con las características ideales de la mujer. El artista termina enamorado de una de sus creaciones, de nombre Galatea, con quien, gracias a la diosa olímpica Afrodita, sueña que se casa.
Convmovida, Afrodita le otorga al escultor, por fin, a su esposa soñada, concediéndole que Galatea se vuelva humana, para que pudieran desposarse.
La historia de Pigmalión ha sido reproduida de muchas maneras en la cultura posterior. Por ejemplo, en el famoso cuento Pinocho, que guarda importantes similitudes, entre otras muchas obras, entre las que destaca la adaptación teatral del genio irlandés de las letras, George Bernard Shaw, donde la historia ocurre en un tiempo y contexto diferente.
Augusto Monterroso, célebre escritor guatemalteco, también escribió un interesante texto breve sobre las estatuas de Pigmalión, en el que éstas pretenden volverse contra su creador, quien las destruye con un solo puntapié.