La primera cuestión que hay que planteares que Agustín de Iturbide no era un revolucionario independentista, sino un militar del ejército de la Nueva España, formado bajo la ideología de las autoridades de ésta. Así, resulta fácil de entender que Iturbide no era partidario de la República como forma de gobierno, sino de la monarquía. De hecho, durante la primera etapa de la Guerra de Independencia de México, Iturbide formó parte importante de las tropas realistas, comandando la ofensiva en contra de Vicente Guerrero. Sin embargo, en 1821 traicionó a España y se alió a los Insurgentes para suscribir el Plan de Iguala, que puso fin a la guerra.
Se ha establecido que Iturbide actuó de esa manera precisamente por el hecho de que defendía la monarquía autocrática como forma de gobierno. Cuando en el período revolucionario que tuvo lugar en España entre 1820 y 1823, se reinstauró la Constitución de 1812, también conocida como Constitución de Cádiz (la primera constitución española, que limitaba el poder del Rey, y establecía la división de poderes y el sufragio masculino), Iturbide se inconformó y retiró sus lealtades a España, apoyando la separación de ésta y pactando con los independentistas.
Tras consumarse la independencia de México, fue proclamado regente interino del primer gobierno provisional del país independiente, proclamándose emperador de México en mayo de 1822. Esto provocó un nuevo levantamiento contra él en marzo de 1823, que culminó con su derrocamiento y exilio.
“Si este sistema fuese aceptado por usted confirmaremos nuestras relaciones; me explayaré algo más, combinaremos planes y protegeré de cuantos modos sea posible sus empresas; pero si no se separa del constitucional de España, no volveré a recibir contestación suya, ni verá más letra mía. Le anticipo esta noticia para que no insista ni me note después de impolítico, porque ni me ha de convencer nunca a que abrace el partido del Rey, sea el que fuere, ni me amedrentan los millares de soldados con quienes estoy acostumbrado a batirme. Obre usted corno le parezca, que la suerte decidirá, y me será más glorioso morir en la campaña, que rendir la cerviz al tirano”.
Vicente Guerrero a Agustín de Iturbide, 20 de enero de 1821
