La posición más común en que las mujeres dan a luz a sus hijos es acostada boca arriba, a pesar de que no es la más cómoda ni natural. La utilización constante de esta posición se debe a que es la más óptima para que los médicos y enfermeras que asisten a la madre durante el parto puedan intervenir.
Esta posición, conocida como litotomía, no siempre fue la más utilizada pues antiguamente las mujeres solían parir de pié o en cuclillas. Fue hasta el siglo XVII que se popularizó, después de que el llamado Rey Sol de Francia, Luis IV, ordenara que su esposa María Teresa de Austria pariera recostada para que el pudiera presenciar el nacimiento de sus hijos con una buena perspectiva.
Numerosos estudios han demostrado que dar a luz acostada no favorece en nada la labor de parto y que por el contrario conlleva algunos riesgos a comparación de otras posturas.
Según el Dr. Carlos Burgo “…La biología no ha previsto que la mujer durante su trabajo de parto permanezca acostada… Son históricos los trabajos surgidos de muchas investigaciones que establecen inequívocamente que la posición acostada es la peor posición que pueda concebirse para el trabajo de parto. Entre los problemas enumerados desde el punto de vista fisiológico se destacan la reducción de la circulación y oxigenación del bebé, la alteración de la actividad del útero, la dificultad para empujar, la modificación de la salida de la pelvis, compresiones nerviosas sobre las piernas, alteraciones en la necesaria distensión del perineo para evitar la episiotomía.”
En la actualidad cada vez hay más programas en hospitales y clínicas para que las mujeres den a luz en la posición que más consideren conveniente. A continuación les presentamos un comparativo de algunas de las ventajas y desventajas de distintas posiciones para parir.