Las peleas de perros son consideradas uno de los espectáculos más infames a nivel mundial, y de hecho se encuentran prohibidas en casi todos los países del mundo.
Son ilegales debido a la crueldad con la que los perros son tratados desde pequeños, entrenados y luego echados a pelear contra otros ejemplares, tras lo cual terminan gravemente heridos o incluso pueden perder la vida. También, durante el entrenamiento del perro, en el que se busca desarrollarle un instinto asesino, es frecuente que el criador lo enfrente a ejemplares mucho más débiles, muchas veces robados o tomados de la calle para ser sacrificados.
A pesar de que las peleas de perros nacieron prácticamente con la domesticación de las especies animales, se considera que una sociedad civilizada no puede tolerar este tipo de prácticas hoy en día, debido al salvajismo del espectáculo y al sufrimiento del animal; no obstante, en muchos lugares clandestinos siguen llevándose a cabo de manera permanente y, muchas veces, impune. Por ello, hay que considerar este otro otro factor igual de preocupante: las mafias sobre las que se sustentan las peleas de perros, así como el ambiente violento sobre el que gira el espectáculo, ya que el móvil financiero para su realización son las apuestas.