Se cree que la posición de las patas del caballo en las estatuas ecuestres tiene un significado, mismo que se relaciona con la forma de muerte del jinete representado por el escultor, de la siguiente forma:
- Si el caballo en la escultura tiene las dos patas frontales levantadas, quiere decir que el jinete murió durante una batalla.
- Una sola pata frontal en el aire quiere decir que no murió en batalla, pero sí por heridas ocasionadas durante ésta.
- Las cuatro patas pegadas al suelo implica que el jinete murió por causas no bélicas.
Sin embargo, numerosas estatuas ecuestres han sido útiles para desmentir esta famosa versión, o bien no fueron creadas siguiendo esta lógica, como la del rey Felipe III de España, ubicada en la Plaza Mayor de Madrid. El caballo, en dicha escultura, tiene una pata frontal levantada, lo que debería de indicar que el monarca murió por heridas de guerra. Sin embargo, se sabe o se sospecha que murió por la fiebre ocasionada por la enfermedad infectocontagiosa de la erisipela. Como este, existen varios ejemplos más que contradicen esta creencia, que aunque en otros casos coincide, no debería ser tomada como regla general de las estatuas de jinetes.