La lluvia o precipitación pluvial es una parte importante del ciclo del agua, y llueve porque esta precipitación es parte vital de dicho ciclo. La explicación es relativamente sencilla: los rayos del sol caen sobre la superficie terrestre, calentándola, lo cual provoca la evaporación de una importante cantidad de agua ubicada principalmente en mares, ríos y océanos. Esta agua se condensa en el cielo, formando las nubes. Cuando la temperatura ambiental desciende, se desarrollan pequeñas gotas de agua en las nubes, que al alcanzar determinado peso, caen a una velocidad de entre 4 y 8 milímetros por segundo. Muchas de estas gotas, juntas, forman lo que conocemos como lluvia.