Los aguacates son un fruto (aunque popularmente no se les acostumbre clasificar como tal) de consumo típico en México, con un sabor muy especial y características únicas. Entre ellas, el conocimiento popular ha registrado que son capaces de madurar ya cortados, envueltos en periódico o en otro tipo de papel.
Esto se debe nada menos que a las características genéticas de la especie, que les permiten desarrollar sus cualidades después de haber sido arrancados de la planta que les dio origen. Este tipo de frutos se denomina frutos climatéricos, y su diferenciación con los no climatéricos constituye uno de los puntos esenciales en la planificación de la agricultura. El fruto climatérico es aquel que reacciona con la utilización artificial de gas etileno para fomentar la producción de etileno de forma autocatalítica en la fruta. El etileno es la hormona que produce la maduración. El aumento de la temperatura ambiental acelera la maduración porque estimula la producción de etileno en la fruta.
En resumen, se puede hacer que un fruto climatérico madure más rápido de manera artificial ya arrancado de la planta, y en el caso de un fruto no climatérico es imposible hacer esto. Los frutos no climatéricos son aquellos que únicamente maduran en la planta.
De esta forma, los aguacates maduran dentro del papel debido a que son frutos climatéricos, y estando dentro de este tipo de envoltorios la temperatura ayuda a continuar la maduración.
Otros frutos climatéricos son los mangos, plátanos, manzanas, peras europeas, peras asiáticas, higos, arándanos,