En el ámbito de la comunicación, la invención de la imprenta trajo consigo una serie de cambios revolucionarios que permitieron que la información llegara a un sector mucho más amplio de la población. También se volvió necesario modificar las relaciones comerciales ante este nuevo e importante actor, que permitía que los anuncios publicitarios llegaran a la audiencia masiva como nunca antes había sucedido.
El primer periódico impreso fue el Strassburger Relation, editado en la ciudad francesa de Estrasburgo hacia 1605, aunque el concepto de diario como lo conocemos hoy surgió hasta el siglo XVIII, luego de que durante el siglo XVII el periodismo comenzara ya a profesionalizarse, dividiéndose en fuentes especializadas. El primer diario como lo conocemos fue el británico Daily Courant, y el segundo fue en idioma español: el madrileño Diario Noticioso. Ambos introdujeron la publicidad de productos y servicios dentro de sus ediciones casi desde un principio.
El motivo de la utilización de este recurso como elemento permanente y vital de los medios impresos es que las inserciones y anuncios publicitarios representan un modelo de financiamiento independiente a las propias ventas del periódico. En diferentes escalas dependiendo el medio y el mercado, hay medios que subsisten gracias a los anuncios publicitarios, al grado de que hoy en día son comunes los de distribución gratuita, que se sustentan única y exclusivamente gracias a la publicidad.
