No se sabe con exactitud por qué las teclas están dispuestas de la manera que todos conocemos, pero su orden en los teclados utilizados universalmente data de las primeras máquinas de escribir mecánicas.
Esto puede verse claramente desde los primeros modelos manufacturados industrialmente por Remington, la cual compró la patente a su creador, Robert Sholes (que la creó en 1872), por 12, 000 dólares. Para 1873 la empresa ya estaba comercializando la máquina, empotrada sobre un mueble al estilo de las máquinas de coser, que eran la especialidad de la compañía antes de abordar este mercado.
La disposición de las teclas ha sido criticada debido a varios factores, entre ellos el hecho de que, a pesar de que existen más personas diestras que zurdas, la mano izquierda trabaja más que la mano derecha gracias a dicha disposición. Además, los dedos más fuertes en la mano derecha, el índice y el medio, se utilizan para dos letras que no son de las más utilizadas, la j y la k.
Como dato curioso, la primera fila de letras en nuestro teclado, en sí misma contiene todos los caracteres de la palabra “typewriter”, o máquina de escribir en inglés, un detalle sumamente interesante que, se piensa, es de esa manera por diseño y no por coincidencia.
