La empresa DeLorean Motor Company, fundada en 1975 por el nativo de Detroit, Michigan, John Zachary DeLorean, fue la productora del mundialmente famoso automóvil viajero del tiempo de la saga de películas Volver al Futuro: el DMC-12.
Sus costosos vehículos deportivos fueron famosos también por sus puertas, cuya apertura era hacia arriba, en el sistema conocido como “alas de gaviota”. También son recordados por sus revolucionarias carrocerías fabricadas en acero inoxidable y por la enorme demanda tuvieron que durante la segunda mitad de los ’70 y casi toda la década de los ’80.
John era un notable ingeniero que trabajó para la General Motors, y que más tarde decidió fundar su propia compañía, para lo cual el financiamiento de Bank of América fue un elemento esencial. También recurrió a inversionistas privados y a la estrategia de volver accionistas de la compañía a los concesionarios.
Más tarde, DeLorean volvió la cabeza hacia el financiamiento público, y se lanzó en busca de países donde el desempleo fuera elevado, con miras a que sus gobiernos apoyaran la instalación de sus plantas en su territorio. Finalmente, y tras explorar diversas opciones (y casi firmar para asentarse en Puerto Rico), la planta se instaló en Irlanda del Norte, estado integrante del Reino Unido.
DeLorean: la caída
A pesar de que la empresa vivió un período de éxito arrasador en las ventas, todo se vino a bajo cuando la empresa fue objeto de una campaña de boicot por parte del gobierno británico de entonces, aparentemente realizada en aras de privilegiar a la industria automotriz local. A la compañía se le impusieron fuertes gravámenes que deterioraron su ya de por sí tensa situación financiera.
Por su parte, y para redondear la tragedia sufrida por esta empresa, John DeLorean fue filmado mientras aceptaba financiamiento proveniente del tráfico de drogas, en lo que él mismo denominó más tarde (en su autobiografía) como una trampa. Tras ser arrestado su fundador en octubre de 1982, la empresa sólo sobrevivió dos meses, hasta diciembre del mismo año, cuando se declaró en bancarrota.
Aunque años después el empresario buscó revivir su compañía -incluso después de que se declarara en bancarrota personal en el año de 1997-, nunca pudo ver su sueño cristalizarse. Falleció en 2005, y tres años después DMC volvió a ser abierta, esta vez por el empresario Stephen Wynne, quien reanudó la producción del modelo deportivo DMC-12, quizá el auto más famoso de la historia del cine.