El Día del Trabajo se debe a la huelga celebrada el 1ro. de mayo de 1866 en Estados Unidos, cuando 200, 000 trabajadores detuvieron sus labores bajo la demanda de jornadas laborales de 8 horas, siendo reprimidos por las fuerzas del orden. En Chicago se vivieron los episodios más cruentos de este conflicto.
Aunque la represión policíaca comenzó desde el 1ro. de mayo, cuando la policía disparó contra la manifestación, ésta continuó los días subsecuentes, teniendo su punto más duro durante la llamada Revuelta de Haymarket, cuando un desconocido arrojó una bomba sobre la policía, que pretendía romper la manifestación que estaba celebrándose. Por este hecho cinco personas fueron condenadas a muerte, y se les reconoce como mártires por el movimiento obrero. Fueron aprehendidos Michael Schwab, Samuel Fielden y Oscar Neebe, que recibieron condenas de cárcel. Por su parte Adolph Fischer, Louis Lingg, August Spies, Albert Parsons, George Engel, fueron sentenciados a la horca y ejecutados, salvo en el caso de Lingg, que se suicidó en su propia celda. Por su parte Parsons, que no estuvo en el lugar de los hechos imputados, se entregó por su propia cuenta y por solidaridad con sus compañeros.
Aunque las jornadas laborales de ocho horas fueron legalmente establecidas ese año por el Presidente Andrew Johnson con la ley conocida como Ingersoll, su aplicación real por los patrones fue de tardía a nula, lo cual motivó las movilizaciones de los obreros, organizados por medio de sindicatos y confederaciones en toda la nación. Los hechos en Chicago tuvieron una intensidad mayor debido a que las condiciones laborales de la masa trabajadora en esa ciudad eran aún inferiores que en el promedio del país.
Estos hechos no sólo derivaron en la aceptación patronal generalizada de la nueva jornada laboral, sino también coadyuvar para que la organización obrera continuara gestándose:
“Jamás en la historia de este país ha habido un levantamiento tan general entre las masas industriales. El deseo de una disminución de la jornada de trabajo ha impulsado a millones de trabajadores a afiliarse a las organizaciones existentes, cuando hasta ahora habían permanecido indiferentes a la agitación sindical”.
Federación de Gremios y Uniones Organizadas, Estados Unidos
