Por lo que se sabe, las diferencias entre ambos cómicos se debían a celos profesionales, al parecer de Antonio Campos “Viruta” hacia Gaspar Henaine “Capulina”. Ambos cómicos, que en la década de los 60 fueron la pareja sensación del cine mexicano, y que se convirtieron en una singular versión latina de El Gordo y el Flaco, comenzaron a trabajar juntos en la década de los 50, cuando circunstancialmente hicieron un sketch juntos en la XEW. Según Capulina narró en varias ocasiones, en ese primer trabajo juntos Viruta se negó a ser el patiño, aceptando realizarlo él debido a su necesidad económica. El dúo funciona y comienza a tener gran éxito, en buena medida gracias a los guiones de Roberto Gómez Bolaños.
En 1957 Viruta y Capulina filman la cinta “Se los chupó la bruja”, y comienza su ascenso al éxito. Aparentemente la mayor popularidad de Capulina fue el motivo de sus roces con Viruta, mismos que llegaron a su punto climático durante una presentación benéfica en el Teatro Lírico, donde Capulina contradijo a Viruta cuando éste señaló que “sólo aportarían su talento”, donando públicamente 10, 000 pesos. Según lo expuesto por el propio Capulina, luego de este incidente tuvieron una discusión en la que se habló de negocios, quedándose de ver al día siguiente, y en dicha cita tuvo lugar el rompimiento definitivo.
Se ha dado a conocer que Viruta rechazó posteriores pláticas con Capulina, e incluso que pidió que si éste asistía a su funeral, lo expulsaran.