Soplar las velas en el pastel de cumpleaños es una tradición muy antigua. Se ha establecido que data de la antigua Grecia, donde se ofrecía como tributo a la diosa de la Luna, Artemisa, un pastel redondo compuesto de miel. La forma del pastel era debido a la forma del satélite natural de la Tierra.
Los sacerdotes griegos que realizaban este rito ponían velas en el pastel y soplaban, para que el humo ascendiera hasta el supuesto lugar en que se ubicaba la diosa, a quien pedían deseos, tal como hoy se hace en los festejos de cumpleaños.
También se dice que la tradición surgió en una fiesta de cumpleaños de Alejandro III de Macedonia, donde la falta de electricidad obligó a que los ornamentos de la celebración se basaran en velas.