En México, la frase “un ojo al gato y otro al garabato” hace alusión a las personas que, mientras desarrollan alguna actividad, están prestando atención a otro tema o conversación de manera parcial, pero constante.
Según se sabe, esta frase proviene de la época anterior a los refrigeradores, en las que muchas familias guardaban embutidos en las casas debido a que éstos se conservan más fácilmente que las carnes en estado natural. El “garabato” era un fierro con ganchos y cadenas, en el que se colgaban los embutidos, y también las carnes frescas o secas.
De la misma forma, era muy habitual que las personas tuvieran gatos como mascotas, debido a que ayudaban a controlar la proliferación de roedores. Así, como es de suponerse, los gatos acostumbraban robar los embutidos que colgaban del garabato, por eso la frase un ojo al gato y otro al garabato, que alude a esta situación y que con el paso de los años permaneció en la cultura popular, moldeándose su uso y adquiriendo una acepción propia tal y como ocurrió con otras frases.