La salud masculina es un tema sumamente actual y vigente en la sociedad contemporánea. Problemáticas como la disfunción eréctil, la falta de deseo y la eyaculación precoz actualmente pueden encontrar una solución si se recibe la atención adecuada.

Muchas veces no nos resulta fácil buscar ayuda cuando se trata de condiciones ligadas a nuestra intimidad, sin embargo tenemos que tener presente que estamos hablando de problemas de salud y como tal deben ser atendidos. Una parte de nuestro cuerpo no se encuentra funcionando de forma adecuada y por ello es necesario acercarnos con un especialista cuanto antes para ser diagnosticados. Por ejemplo el preocupante problema de la disfunción eréctil, la cual se define como una incapacidad permanente o persistente para conseguir y mantener una erección suficientemente rígida como para mantener relaciones sexuales de manera óptima y satisfactoria.

Un dato importante sobre esta problemática es su elevado índice de incidencia: aproximadamente 1 de cada 5 hombres experimentarán este problema en algún momento de su vida, en especial a partir de los 40 años de edad.  En un estudio epidemiológico dado a conocer por la Asociación para la Investigación en Disfunciones Sexuales en Atención Primaria (AIDS-P) realizado en 3.600 hombres de entre 18 y 95 años que acudían a consultas en 720 centros de salud de toda España, se reflejó unas tasa de prevalencia global del 42{cb0ab6b1f7b351bf58b1f7647ee69a76def700e8d160c70c9caebee38ee08696}. Según dicho estudio, este problema afecta a más del 50{cb0ab6b1f7b351bf58b1f7647ee69a76def700e8d160c70c9caebee38ee08696} de individuos mayores de 60 años.

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Disfunción eréctil: las causas

Entender el problema de la disfunción eréctil es imposible sin revisar previamente el proceso mismo de la erección. El pene se conforma por tres cilindros y dos cuerpos cavernosos que se llenan rápidamente de sangre arterial cuando ocurre el proceso que conocemos como erección. Para que esto tenga lugar, contribuyen la estimulación de las terminaciones nerviosas presentes en el pene, las hormonas y por supuesto un entorno psicológico adecuado. Todos estos factores sumados son los que logran una erección con la rigidez necesaria. Es decir, se trata de un proceso neurovascular bajo control hormonal, por lo que un problema de disfunción eréctil puede deberse a muchos factores distintos o incluso a más de uno.

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Disfunción eréctil

Asimismo existen distintos tipos de erección, como la refleja, producida por el tacto o roce, la psicógena, que obedece a estímulos visuales, táctiles, etcétera; y la nocturna, en la que juegan varios factores y que suele ser ajena a la voluntad del individuo.

Disfunción eréctil: sus múltiples causas

Una vez establecido todo esto es muy fácil de entender por qué la disfunción eréctil podría deberse a numerosas causas y su diagnóstico específico requerirá análisis importantes por parte del médico. Sin embargo, se ha consensado que las causas más frecuentes del problema son de tipo cardiovascular: hipertensión, diabetes y sobrepeso entre otras, frecuentemente agudizadas por hábitos como el sedentarismo y el consumo de tabaco.

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También puede darse que los procesos naturales descritos arriba se vean afectados por algún tratamiento médico (como la quimioterapia), por el consumo de drogas, enfermedades crónicas de los pulmones o riñones, alteraciones neurológicas o alguna patología de corte psicológico (lo que se concluye tras los respectivos estudios especializados que ayudan a descartar otras posibilidades).

A pesar de que hablar de temas sexuales con el médico puede no resultarnos algo sencillo de hacer, es importante señalar que ello puede ayudarnos a descubrir algún otro problema de salud del que no estamos conscientes.

En la actualidad existen tratamientos efectivos para el problema de la disfunción eréctil que pueden devolver al paciente una vida sexual normal y saludable, pero para ello es sin duda el paciente quien debe dar el primer paso.

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