Todos llegamos a hacer un reporte de lectura en algún punto de nuestras vidas, o más bien muchos de ellos, especialmente cuando estábamos en la escuela. Quizá en ese tiempo, y aún hoy, muchos de nosotros nos preguntamos cuál era la utilidad de esa labor que muchas veces los profesores nos daban para realizar dentro o fuera del salón de clase.
Un reporte de lectura es útil por muchas razones, incluyendo algunas que van más allá del obvio objetivo de comprender y analizar mejor un tema determinado. Cuando realizamos un reporte de lectura también ejercitamos nuestra cognición, ya que gracias al análisis de la información que leemos somos capaces de absorber y organizar mejor en nuestra memoria la información recibida, que si simplemente la hubiéramos escuchado de la boca de un profesor.
También hay otra habilidad de mucha importancia que se ve beneficiado con los reportes de lectura: la comprensión de lo que leemos. La comprensión lectora es una de las habilidades más importantes que un ser humano adquiere durante su vida, ya que gracias a ella es capaz de asimilar toda clase de información que se encuentra plasmada en su entorno a través del lenguaje escrito.
A diferencia de un resumen, el reporte de lectura implica que quien lo elabora sea capaz de plantear el o los puntos del texto que leyó con su propias palabras y estructura, lo cual prácticamente garantiza un mejor nivel de aprendizaje. Se trata de uno de los mejores ejercicios de comprensión y lenguaje que una persona puede hacer, especialmente cuando se encuentra en su etapa formativa.
Incluso existen personas que realizan reportes de lectura de manera habitual, no porque sus jefes o profesores así se los soliciten, sino porque han hecho de esta práctica un mecanismo de aprendizaje personal, mismo que se puede emplear en casi cualquier contexto de la vida incluyendo el laboral. Es una excelente manera de dominar completamente un tema cuyo aprendizaje, de otra forma, pudo habernos costado mucho más tiempo y esfuerzo. También, por si fuera poco, nos ayuda a mejorar nuestra ortografía.
Precisamente porque es útil en diferentes contextos, el reporte de lectura cuenta con varios tipos:
- El reporte comentado, donde la opinión personal del autor tiene un enorme peso, similar a lo que ocurre con un ensayo o una columna de opinión.
- El reporte informativo, que sirve para resumir la información del texto desde lo absorbido por el lector. No implica necesariamente que este exponga en el escrito su propio análisis de la información.
- El reporte analítico o de análisis, que se centra, como su nombre lo indica, en el análisis del texto en cuestión. Este tipo de reporte desmenuza, argumenta e incluso rebate, con mucha más profundidad que el reporte comentado. La principal diferencia con este estriba en que el reporte de análisis está basado más en el análisis objetivo que en la opinión.
Sin duda alguna, durante nuestra etapa estudiantil, todos tuvimos que realizar reportes de lectura, pero pocas veces nos detuvimos a pensar en cuán importante (e infravalorada) es esta gran herramienta de aprendizaje, que se mantiene vigente en el mundo entero desde hace muchas generaciones.
