El suicidio masivo de Jonestown fue una de las más grandes tragedias ocurridas en el siglo XX, y el suicidio masivo más grande del que se tenga registro, con 918 personas quitándose la vida. Esta gran tragedia ocurrió en Guyana, nación ubicada en la región norte de Sudamérica, y estuvo ampliamente ligada al fanatismo de corte militante y religioso.

Jonestown y el Templo del Pueblo

El Templo del Pueblo fue una secta dirigida por el pastor Jim Jones de Indianápolis, Indiana, fundada en la década de los ’50. Su ideología mezclaba tópicos religiosos con el ideal socialista de una sociedad sin clases.

El líder del Templo del Pueblo inició Jonestown (oficialmente llamado Proyecto Agrícola del Templo del Pueblo) como una comunidad, misma que muy pronto sumó suficientes agremiados para convertirse en una pequeña población. Jones, de fuerte carácter, ejerció un férreo control sobre sus leales, quienes fueron fanatizados al grado de llegar a idolatrar a su líder como un elegido.

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En 1975, buscando un lugar donde pudiera realizar impunemente su sueño de una comunidad que girara en torno a él y a sus preceptos, Jones trasladó el pueblo a Guyana, luego de haberse visto obligado a dejar Indianápolis, primero, y San Francisco, después. Jonestown era habitualmente descrito por sus fieles con términos como “paraíso socialista”.  El gobierno de Guyana, por su parte,  apoyó la formación de la nueva “ciudad” en su territorio.

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Sin embargo, la realidad no era tan agradable para todos los residentes en la población: Jones realizaba simulacros de suicidio masivo con cianuro, y más tarde se reportarían abusos sexuales, físicos y psicológicos por parte de los sobrevivientes. Movidos por información de diversas fuentes, y por sus propias sospechas, familiares de los residentes en el lugar decidieron intervenir, solicitando apoyo a personajes e instituciones de Estados Unidos.

En octubre de 1978 y alertado sobre el llamado lavado de cerebro que estaba realizándose en Jonestown, el congresista Leo Ryan viajó a Guyana. A pesar de que la visita transcurrió con aparente normalidad, algunas personas optaron por volver a Estados Unidos con Ryan.

Leo Ryan, el hombre que pretendió evitar la tragedia

Leo Ryan

La respuesta de Jones a esto fue el ordenar que se asesinara al legislador y a quienes le acompañaban, junto con los desertores. Acto seguido, reunió a los habitantes y les ordenó quitarse la vida:

“Por amor a Dios, llegó el momento de terminar con esto”.

“Hemos obtenido todo lo que hemos querido de este mundo, tenido una buena vida y hemos sido amados. Acabemos con esto ya. Terminemos con esta agonía”.

Jim Jones

La mayoría de los habitantes de la comunidad murieron ingiriendo cianuro, mientras que Jones se suicidó con un disparo de escopeta.

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